Son muchas las veces que nuestros niños nos dicen que no quieren comer las verduras que les preparamos con tanto cariño… Es bastante frustrante, cierto? Lo importante es no desesperarse, ya que siguiendo algunos consejos podremos amigar a nuestros hijos con las verduras. Tarea difícil, pero no imposible!
Cuando son bebés una buena idea es partir dándoles puré de zapallo, ya que como tiene un sabor dulce es bastante probable que les guste. Luego hay que empezar a tratar con puré de otras verduras, espinaca por ejemplo. Y si no les gusta siempre podemos mezclarlas con zapallo o zanahoria para hacerles más dulce la comida.
A medida que van creciendo, es importante que incorporemos a nuestra dieta las verduras ya que los niños aprenden imitando. Por eso, no debemos comer sólo verduras sino que también verduras cocidas, aunque a veces nos parezcan fomes, son sanas y muy importantes en la nutrición de nuestra familia. Por lo mismo y para evitar que nuestros niños se llenen de calorías innecesarias, debemos intentar comer verduras cocinadas “simple”: cocidas con un poquito de aceite, oliva ojalá, y listo; guisos de verduras o tortillas. Así, no escondemos su sabor y los niños se acostumbrarán a ellas.
Por lo mismo, tenemos que tratar de evitar “esconder” las verduras con crema o queso ya que si nuestros niños nos ven comiendo así ellos también encontrarán “fomes” sus verduras cocidas y querrán comer lo mismo que nosotros. Debemos entender que ayudar a que nuestros niños se alimenten sanamente implica que nosotros mismos empecemos a comer más sano y eliminemos ciertos hábitos no tan sanos que hemos ido adquiriendo con los años. Al final, un ejemplo vale más que mil palabras.